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Tesla eleva al 97% la eficiencia de sus motores eléctricos gracias al inversor de carburo de silicio

El empleo de transistores de efecto de campo (MOSFET), fabricados a base de semiconductores de carburo de silicio, en sus inversores permite que el tren motriz de Tesla sea capaz de alcanzar eficiencias de hasta el 97%

GONZALO GARCÍA07 MARZO 2021 - 11:00 H.

Las tres grandes tecnologías que hacen que un vehículo eléctrico sea superior a otros son la batería, el motor eléctrico de tracción y la electrónica de potencia. Es sabido que Tesla se encuentra en la vanguardia en los dos primeros, pero quizás es menos conocido que también lo está en el tercero, sobre todo por el empleo, a partir del lanzamiento del Model 3, de inversores de carburo de silicio. Con ellos ha conseguido elevar la eficiencia de sus motores eléctricos hasta un 97%, reducir el peso total de este componente tan importante del vehículo y reducir los costes de producción.

La aparición de Tesla en el mercado automovilístico ha supuesto una auténtica revolución en la industria. Se podría decir que ha conseguido, simultáneamente, ser el mejor y el más popular en lo que hace. Su meteórico ascenso en el mercado le ha convertido rápidamente en el fabricante de vehículos eléctricos que más coches vende tanto en su mercado local, California, como en los principales mercados mundiales en los que opera como los europeos, el chino o el de Corea del Sur. Además ha convertido a su CEO, Elon Musk, en uno de los hombres más ricos del mundo.

Tesla y la innovación

Una de las razones por las que su proyecto está funcionando es la innovación tecnológica. La última es el desarrollo de celdas 4680 que darán lugar a baterías estructurales, que aumentarán la densidad energética, reducirán el peso del vehículo y, por lo tanto, la autonomía que pueden lograr con ellas. Anteriormente ya había revolucionado los motores eléctricos de imanes permanentes cuando los implementó en el Model 3. En el Model S y en el Model X, Tesla utilizaba motores de inducción de corriente alterna y excitación externa, para evitar el uso de materiales escasos y dependientes de pocos suministradores, como son los imanes permanentes de tierras raras. En 2017, con el Model 3, la compañía cambió a los motores eléctricos de imanes permanentes y reluctancia variable (resistencia que un circuito ofrece al paso del flujo magnético). Este motor eléctrico, más eficiente, está contribuyendo a que el Model 3 esté alcanzado eficiencias del 97% respecto al 93% del Model S y del Model X.

Esquema de componentes y funcionamiento del tren motriz de un coche eléctrico. Fuente: IDTechEx.

Un repaso a lo básico de la electrónica de potencia

En este campo Tesla también se encuentra por delante de sus competidores gracias a las oportunidades que ofrecen los nuevos materiales. Para los vehículos eléctricos, la electrónica de potencia es fundamental porque es responsable de varias funciones fundamentales para su funcionamiento, aunque probablemente el componente más crítico es el inversor principal. Es, el encargado de convertir la corriente continua que sale de la batería de tracción en la corriente alterna que necesita el motor para su funcionamiento. Además, la electrónica que incorpora, controla, la intensidad y la frecuencia de salida de la energía, variando la velocidad a la que gira el motor y la potencia, según la demanda del conductor en cada momento.

En el núcleo de los dispositivos electrónicos de potencia se encuentran la tecnología de interruptores de potencia (transistores), que ya tienen a sus espaldas cinco generaciones. Hoy en día, en aplicaciones de media potencia, entre los que se incluyen los inversores de los vehículos eléctricos, se emplean los transistores bipolares de puerta aislada de silicio (Si IGBT).

Actualmente se está produciendo la transición a una sexta generación con el empleo de materiales semiconductores de banda ancha: el carburo de silicio (SiC) para aplicaciones de alta tensión y potencia y el nitruro de galio (GaN) para las de baja tensión y potencia. Este cambio permite obtener módulos de potencia más pequeños y de mayor densidad, que operan a temperaturas más altas y crean oportunidades para el empleo de nuevos materiales en todo el módulo de potencia.

Inversores de carburo de silicio: la innovación de Tesla

Con el lanzamiento del Model 3 en 2018, Tesla se convirtió en la primera compañía en agregar transistores de efecto de campo (MOSFET) en un inversor interno, fabricados a base de semiconductores de carburo de silicio. El diseño general ofrece varias innovaciones más allá del uso de paquetes SiC, aunque el empleo de estos transistores para amplificar o conmutar señales electrónicas es la principal. El resultado es que el peso total del inversor, 4,8 kilogramos, es menos de la mitad que el del Nissan Leaf 2019, que pesa 11,15 kilogramos, y más de un tercio menos que el del Jaguar I-PACE (8,23 kg), que utilizan Si IGBT.

El empleo de estos SiC MOSFET crea oportunidades para el empleo de nuevos materiales ya que permite ampliar los límites de los materiales tradicionales. Para hacer frente a las mayores densidades de potencia, se utiliza un marco de plomo de cobre en lugar de las uniones de alambre de aluminio convencionales, que se comporta como una estructura que al ser metálica transporta las señales desde la matriz al resto del inversor. El material de unión a la matriz también es diferente a las soldaduras convencionales, empleándose materiales de unión de plata prensados, que manejan mejor las altas temperaturas.

Al igual que ocurre con cualquier tecnología emergente, el coste ha sido la principal barrera para la implementación de los MOSFET de SiC. Tesla parece haber resuelto este problema. Su inversor ha experimentado una notable disminución de coste en solo tres años. En su informe Electric Vehicles: Land, Sea and Air 2021-2041, la consultora IDTechEx incluye un gráfico que muestra la curva de costes estimados del inversor del Model 3 en 2018 y los de la segunda generación del mismo inversor en el Model Y de 2020. Como puede verse, el inversor SiC de Tesla ya está a la par con los módulos Si IGBT utilizados en las versiones 2019 del Nissan Leaf y del Jaguar I-PACE.

Evolución del coste de producción del inversor SiC MOFSET del Tesla Model 3 y del Tesla Model Y. Fuente: IDTechEx con datos de costes de paquetes de inversores de Munro & Associates.

El resultado de la innovación se traduce en eficiencia

El resultado de todo este conjunto de innovaciones que combinan el inversor de SiC y el motor de imanes permanentes de Tesla es que la eficiencia en el rendimiento del tren propulsor es una de las mejores, sino la mejor del mercado. Es capaz de aprovechar hasta un 97% de la energía que almacenan las nuevas baterías con celdas 4680, todo esto con un coste similar al de las tecnologías más antiguas que ahora se están quedando obsoletas.

CYBERSEGURITY

Pisar el pedal del acelerador de un vehículo seguro todavía puede ser cosa del futuro. Según un estudio reciente de Ponemon, casi el 30 por ciento de las empresas del segmento automotriz no cuentan con un equipo de ciberseguridad adecuado para manejar su tecnología e infraestructura de seguridad, y mucho menos asegurar autos inteligentes. El estado es tan terrible que muchos ni siquiera contratan a un proveedor externo para asegurar el software en los automóviles conectados.

"A medida que más vehículos conectados salen a las carreteras, las vulnerabilidades de software se vuelven accesibles para los piratas informáticos malintencionados que utilizan redes celulares, Wi-Fi y conexiones físicas para explotarlos", dijo en el informe el grupo de investigación de protección de datos del Instituto Ponemon. "No abordar estos riesgos puede ser un error costoso, incluido el impacto que pueden tener en la confianza del consumidor, la privacidad personal y la reputación de la marca".

El estudio también señaló que casi el 63 por ciento de todos los fabricantes de vehículos ni siquiera prueban la mitad de su software, hardware y otras tecnologías implementadas en sus vehículos. El estudio incluyó a 15.900 ingenieros y profesionales de la seguridad de TI de la industria automotriz.

“El acceso remoto no autorizado a la red del vehículo y la posibilidad de que los atacantes pasen a sistemas críticos para la seguridad pone en riesgo no solo la información personal de los conductores, sino también su seguridad física”, concluyó el estudio.

Como se detalla con más detalle en el estudio, “el setenta y tres por ciento de los encuestados en nuestro informe dicen estar muy preocupados por la postura de ciberseguridad de las tecnologías automotrices suministradas por terceros. Sin embargo, solo el 44 por ciento de los encuestados dice que sus organizaciones imponen requisitos de ciberseguridad para los productos proporcionados por los proveedores ".

La piratería de vehículos no es solo una teoría. En 2016, Nissan tuvo que cerrar su aplicación patentada NissanConnected EV para su línea Leaf después de que se descubrió que los piratas informáticos podían acceder al control de clima de los autos y otras funciones que funcionan con baterías para agotar las baterías. Además, en 2015, el fabricante de automóviles Fiat Chrysler tuvo que emitir un retiro del mercado de casi 1.4 millones de vehículos después de que los investigadores Charlie Miller y Chris Valasek de Wired demostraron un truco inalámbrico en Jeep Grand Cherokee, asumiendo los controles del tablero, volante, tren motriz y incluso los frenos.

Recientemente, WikiLeaks publicó documentos que denunciaban a la CIA que sugerían el fatal accidente automovilístico del periodista Michael Hastings provocado por un hackeo automovilístico. En 2013, Hastings murió después de que el automóvil que conducía aceleró abruptamente y se estrelló contra un árbol. Sin embargo, los medios de comunicación han considerado que se trata de una teoría de la conspiración, pero han cedido ante los posibles estragos que puede causar un coche pirateado.